Los amantes

Se despertó súbitamente, era como si todo hubiese sido un mal sueño, pero cuando vió las agujas insertadas en su brazo, los hechos volvieron a fluir por su mente, movía los ojos recuperando poco a poco la visión, la luz del sol entraba por las ventanas de la habitación, pintada completamente de blanco. Se percató que estaba tendido en una cama, un destello súbito lo iluminó repentinamente, la cruda escena de un choque automovilístico y un  estallido ensordecedor retumbó en sus tímpanos. Lanzó un grito al recordarlo todo y siguó gritando llamandola por su nombre como si al hacerlo pudiera lograr que volviera, al escuchar aquellos gritos y sollozos, acudieron las enfermeras, para administrarle un calmante, el comenzó a forcejear porque quería permanecer consciente pero finalmente, la aguja atravesó su brazo y cayó en las profundidades del sueño pero antes de que cerrara los ojos, pudo verla frente a la puerta de cuarto, le envió un beso con la mano y desapareció por el pasillo. Al día siguiente se encontraba despierto en compañía de sus padres, el no hablaba, solo mantenía la vista fija en el techo sin hablar con nadie; tampoco permitía que le dieran de comer, le administraron alimentación intravenosa, pero él no avanzaba en su recuperación, sus heridas no curaban, y cada día que pasaba, estaba más débil, después de dos semanas, la muerte vino a buscarle, fue una muerte deseada: morir sin darse cuenta mientras reposaba en la cama, entonces ella regresó para buscarle, y marcharon cogidos de la mano sin que nadie les viera, un cálido beso les hizo revivir las sensaciones perdidas, por fín estaban de nuevo juntos.

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