La cuestion es esta: en
esta carretera muchos transeuntes han muerto, ya sea por descuidos cometidos
por ellos o por automovilistas que
viajaban a toda velocidad; los margenes son muy estrechos y las curvas muy
cerradas; gente de toda edad y condición ha perdido allí la vida, niños incluidos,
a veces por causas tan impredecibles como el hecho de querer acortar el camino
sin observar detenídamente a ambos lados. Almas en pena que encontraron su
muerte de manera trágica estan condenadas a vagar por esa carretera hasta que
el altísmo ponga su caso en consideración; almas a quienes el destino ha negado
la luz, que vagan entre los vivos y que vagaran hasta que el Señor se apiade de
ellas.
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