Dos hermanas



Allí se escondía ella, tras la frondosidad de los juncos que crecen en la orilla del río, y desde allí espiaba a la joven que acudía cada mañana para depurar su alma con el agua cristalina, cada día se ocultaba para ver a la joven culpable de su envídia y de sus celos, y cuanto más la contemplaba, más crueles eran sus pensamientos..
Esperó pacientemente el momento que le permitiera consumar sus planes, todo estaba a su favor pensaba, la joven elegía el lugar más solitario para bañarse, y cuando terminaba, se levantaba y recorría el mismo sendero con paso lento y confiado, segura de que nadie le deseaba ningún daño.
Y por fin llegó el momento ansiado: vió salir a la joven y se dirigió hacia ella, sigilosamente, recogió una piedra grande y pesada y rápidamente de un solo movimiento golpeó la cabeza de la joven que cayó instantáneamente, aturdida y mareada, miró su mano llena de sangre sin comprender lo que estaba sucediendo, de pronto, el odio que la había empujado a cometer ese acto se había difuminado, y transformado en emoción desbordante y siguió golpeandola hasta dejarla completamente inmóvil, luego la tomo de los pies y la llevó arrastrando hasta las otra orilla la sumergió en el agua cristalina que se tiño de rojo y vió cómo su cuerpo era arrastrado por los cauces del río.
Alegre, regresó a casa, al fin se había librado de su rival, pero a mitad de camino, una voz atronadora que parecía descender de la propia bóveda celeste rompió con el silencio del bosque y del rio.
-¿Donde está tu hermana? ¿Qué has hecho? la voz de la sangre de tu hermana está clamando a mí desde la tierra, maldita seas tú desde ahora sobre la tierra, la cual ha abierto su boca y recibido de tu mano la sangre de tu hermana.
El resto es história...

No hay comentarios:

Publicar un comentario