Lo primero que ví al
despertar fue la habitación blanca y acolchada donde me encontraba, un coro de
voces tenues conversaban entre ellas al otro lado del espejo; creían que estaba
loco, que una vida dura y circunstancias adversas habían socavado mis
facultades pero no estaban capacitados para comprender la verdad, no sabían que
ellos conviven en nuestro mundo, se mezclan con nosotros y hacen vida cotidiana
para no despertar sospechas; su peor desafío es el mero hecho de su existencia,
he logrado matar a algunos, parecían seres normales igual que nosotros, pero
sólo yo conozco el disfraz que emplean, puedo distinguirlos entre la multitud,
¿Es eso sintoma de enfermedad? diría yo que no, es más: soy más cuerdo que el
resto: puede que mis sentidos sean más agudos que el resto; oigo las voces que
nadie puede escuchar y estas suenan nítidamente en el interior de mi cabeza,
veo los verdaderos rostros que se ocultan tras las máscaras que ellos emplean
para confundirse con nosotros, y si supierais con qué precisión y disimulo he
planeado mi huida, os quedaríais sorprendidos: pronto volveré a estar entre
vosotros, con los animos renovados y listo para reanudar mi cometido...
No hay comentarios:
Publicar un comentario