La gata negra



Era casi las cinco de la madrugada cuando tras horas de estúdio, programé mi teléfono para que sonara a mediodía y reanudar así mis actividades, me dirigí hacia mi cama sin apenas acertar a desvestirme por el cansancio y caí rendido sobre el colchón, apenas habían transcurrido dos horas cuando senti como en sueños la sábana que cubria mi cuerpo se deslizaba como si alguien tirara de ella, intenté reincorporarme pero la presión de dos manos sobre mi pecho me lo impidieron al tiempo que sentía el peso de un  cuerpo sentandose sobre mi abdomen. Cuando levanté la mirada vi un rostro femenino frente a mí, era una mujer de rostro cetrino y largos cabellos negros que movía su lengua con expresión lujuriosa, el sueño, si puede llamarse así, se prolongó hasta el amanecer y acabé tan humedo y agotado como si  ese suceso hubiese ocupado una parcela de la realidad.
Al dia siguiente, acudí a una fiesta con mis amigos de la facultad, como siempre ibamos bromeando por el camino de vuelta sobre los momentos vividos aquella noche, y mientras hablábamos de nuestras cosas, nos sobresaltamos al oir los fuertes maullidos de una gata en celo que deambulaba muy cerca de mi casa, al pasar junto a ella, me deslumbró su brillante pelo negro y la sensualidad de su expresión, sus ojos brillantes parecían observarme hartos de deseo, no se si mis amigos percibieron lo que sentí yo en aquel momento pero sus risas callaron de repente, pues antes de que  el animal desapareciera, tuve la impresión de estar frente a la misma mujer que la noche anterior había irrumpido en mis sueños.

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