Era una noche fría y
lúgubre, que amenazaba tormenta y yo me encontraba en mi habitación, leyendo
para conciliar el sueño cuando la luz en todo el edificio se fue de repente,
dejando mi habitación sumida en la oscuridad, Iluminándome con la pantalla del
móvil me quedé con la vista fija en la puerta de mi cuarto, como si presintiera
que alguien fuera a abrirla en cualquier momento, entonces el rostro pálido y
muerto de una niña tomó forma poco a poco, algo gritó en mi interior mientras
sostenía la mirada de aquel rostro pero no pude soportar la visión de aquella
criatura que seguía con la vista clavada en mí, retándome a examinarla de
cerca.
La luz acabó volviendo y
todo volvió a la normalidad, pero una extraña angustia se había adueñado de mí,
y cada pequeño sonido que se oía en el solitario piso llegaba hasta mis oidos incrementado, trataba de
mantener los ojos apretados, intentando resistir la tentación de abrirlos hasta
que pude sentir con perfecta lucidez como algo empujaba lentamente las mantas
hacia afuera durante unos segundos. El corazón se me disparó y me aferré a
ellas con fuerza, un frió paralizante me estaba helando los miembros, puse ni
cabeza bajo la almohada hasta que cesaron los forcejeos.
Intentando recuperar la
respiración, me quité la almohada de la cabeza y este movimiento hizo que el
movil se deslizara hasta caer al suelo justo en los bajos de la cama, tragando
saliva me encaramé hasta abajo tanteando el suelo con la mano, cuando un rostro
surgió frente a mí bajo la cama, noté como una fuerza enorme me oprimía el
pecho difuminando todo a mi alrededor para ver tan sólo la figura bamboleante
que avanzaba a gatas hacia mí, yo estaba paralizado, y ella se acercaba cada
vez más y más...y cuando agarró mi cara con sus frías manos, sentí como todo se
fundía en negro, para siempre.
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