Era una cálida noche de
Agosto y yo estaba en la piscina de mi casa dandome un chapuzón cuando de
repente, el agua, comenzó a calentarse velozmente y cuando quise darme cuenta,
noté que estaba a punto de hervir, fué entonces cuando un ser cubierto de
escamas emergió del fondo y sujetandome la cabeza me dijo:
-Comunica a todos mi regreso a la Tierra; tu Dios no me ha vencido, y yo he vuelto para dirigir mi legado.
Pude ver como su calor abrasaba mi piel, no tuve más remedio que gritar y de repente desperté. Aun temblando me asomé por la ventana, para ver si la piscina seguía tal y como la había visto en mi sueño: nada, todo parecía normal, lo desagradable vino a continuación pues al mirar hacia la calle, un hombre vestido con un traje oscuro me observaba desde el otro lado. Miré a sus pies, y tenía pezuñas...gritó con voz atronadora:
-Comunica a todos mi regreso a la Tierra; tu Dios no me ha vencido, y yo he vuelto para dirigir mi legado.
Pude ver como su calor abrasaba mi piel, no tuve más remedio que gritar y de repente desperté. Aun temblando me asomé por la ventana, para ver si la piscina seguía tal y como la había visto en mi sueño: nada, todo parecía normal, lo desagradable vino a continuación pues al mirar hacia la calle, un hombre vestido con un traje oscuro me observaba desde el otro lado. Miré a sus pies, y tenía pezuñas...gritó con voz atronadora:
-¡Recuerda tu cometido,
cumple mis desígnios o experimentarás el verdadero dolor del suplício!
Llevo treinta años
huyendo de un lado a otro pero él puede cambiar de forma y siempre acabará
encontrandome. Hoy estoy dispuesto a romper mi silencio y lo acabo de hacer por
escrito, dejo este testimonio para quien quiera leerlo, dentro de unos
segundos, yo habré dejado de existir; espero haber hecho lo correcto.
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