Nuevo en el barrio



Si bien es cierto que no hay dos situaciones idénticas, tambien lo es que la história tiene una tozuda propensión a repetirse bajo formas distintas; cuántos recuerdos de infancia y cuántas historias atesora mi memoria de aquel parque, durante un  tiempo quedó cerrado a causa de las numerosas desapariciones que se producían de niños, yo viví aquel periodo en primera persona, eran otros tiempos, sin duda. Ahora yo solía frecuentar ese mismo parque cada mañana; después de un placentero paseo terminaba sentado en uno de los bancos y una vez allí, perdía la noción del tiempo.
Recuerdo al hombre misterioso, siempre llevaba un sombrero negro y un abrigo que le cubría casi todo el cuerpo, cada día se acercaba a nosotros para ofrecernos unas golosinas, al verle llegar corríamos a su encuentro como pequeños buitres hambrientos. Sólo había un chico que nunca jugaba con nosotros. Se sentaba en un banco todos los días y desde allí nos miraba fijamente y en silencio, nunca jugaba, tan sólo agitaba las piernas adelante y atrás, con las manos apoyadas en el banco, un día me acerqué a él atraido por la curiosidad, me senté a su lado y le invité a jugar pero el chico ni siquiera me miró, no quise insistir y decidí regresar con mis amigos.
Algo me hizo volver al presente: un misterioso hombre con sombrero y abrigo negro irrumpió en el parque, me llamó mucho la atención verle y me quedé mirándolo fijamente. Me sorprendí mucho cuando aquel tipo se acercó a los niños, sacó la mano del abrigo y de allí empezaron a salir caramelos y chicles ? Cómo podían aquellos niños aceptar golosinas de un desconocido? pensé, ¿Y donde estaban sus padres en aquel momento? Cuál fue mi sorpresa cuando el hombre levantó la cabeza y me miró.
Pero lo peor aún estaba por llegar. Uno de los niños se me acercó con cara de curiosidad, pero yo no podía dejar de mirar a aquel hombre, noté como el niño se sentaba a mi lado, una sensación extraña comenzó a recorrer mi cuerpo, mis pensamientos se entremezclaban con mi pasado y el presente, por un momento, me invadió el deseo de acercame a aquellos niños para jugar con ellos pero no podía, algo me retenía. Me bastó sólo una frase de aquél niño que estaba sentado junto a mi para comprender lo que estaba sucediendo...

-¿Eres nuevo en el barrio? ¿A qué colegio vas? ¿ Quieres jugar con nosotros?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario