Humeda

Cuando él se despertó, no parecía el mismo; su mirada estaba perdida, sus ojos enrojecidos, estaba más frío y pálido que nunca, y ella olía tan bien...no podía resistirse, había cometido un error al irse a vivir con ella, pero estaba tan húmeda dentro de la ducha, tan irresistíble...pensó que podría mantener la calma pero no fué así, su instinto asesino era incontrolable. Se metió en la ducha con ella, poseido por sus deseos, ella no supo entenderlo y se entregó a él, y al poco rato, ya estaba tendida en sus brazos, inerte y él la abrazaba llorando de impotencia: le había arrebatado la vida y nunca se lo podría perdonar. A fin de cuentas era un vampiro, ¿Qué otra cosa podía hacer? Ella olía tan bien y él tenía tantísima hambre...pero ahora estaba solo de nuevo, este era su destino y su castigo

No hay comentarios:

Publicar un comentario