Existen varios
sitios idóneos para que una mujer sola aparque su coche sin tentar a la suerte,
pero yo siempre he sido un poco especial, y confío muy poco en las apariencias,
por eso me encanta la zona del río tan solitaria, tan tranquila. Desde allí
incluso se puede apreciar la luz de las estrellas más brillantes; ver las
estrellas desde aquí es como viajar a través del firmamento, basta con soltar
el freno de mano y dejar que el coche se deslice sólo. Las estrellas, quien
fuera una de ellas...
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