Es de noche, una
joven recorre la calle apresuradamente, tiene miedo porque recuerda lo que ha
oído sobre las otras jóvenes como ella, aparecieron muertas, mutiladas, y con
una expresión de profundo terror. La joven tiene la sensación de que alguien la
observa, su corazón late con fuerza, su respiración se acelera, todo su cuerpo
se agita tembloroso, de pronto echa a correr, su corazón se ha desbocado por el
pánico y parece querer salir a través de su pecho, apenas puede respirar, sus
pupilas se dilatan, llora aterrada, en su carrera tropieza y cae, su mandíbula
golpea el suelo y levanta lentamente la cabeza gimoteando.
Entonces lo ve alzandose frente a ella, mirándola con profundo desprecio, sonríe con placer mirando a su futura víctima, lentamente se acerca a ella. Ésta grita con todas sus fuerzas hasta perder la voz, su grito resuena por toda la calle sin que nadie la escuche, el terror inunda cada rincón de su mente; esa es ahora su realidad y él lo sabe, lo ha visto en muchas ocasiones, contempla a su víctima paralizada y enloquecida por el terror: la torturará durante largo rato, la mutilará, y después la matará y gozará haciéndolo.
Entonces lo ve alzandose frente a ella, mirándola con profundo desprecio, sonríe con placer mirando a su futura víctima, lentamente se acerca a ella. Ésta grita con todas sus fuerzas hasta perder la voz, su grito resuena por toda la calle sin que nadie la escuche, el terror inunda cada rincón de su mente; esa es ahora su realidad y él lo sabe, lo ha visto en muchas ocasiones, contempla a su víctima paralizada y enloquecida por el terror: la torturará durante largo rato, la mutilará, y después la matará y gozará haciéndolo.
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