En sueños navego entre entre lo onírico y la realidad hasta despertar
entre ambos mundos, un lugar donde mis pensamientos navegan sin rumbo,
aturdido, intento incorporarme pero algo sujeta mis piernas y apenas las puedo
mover, intento levantar la cabeza pero la siento demasiado pesada, la realidad
es una encrucijada entre lo que veo y lo que siento, intento mover la cabeza
hacia la derecha pero un dolor agudo me perfora las sienes, de todos modos lo
intento y el escenario me provoca nauseas al instante: sangre, trozos de carne
desperdigados por el suelo, tripas por doquier; grito con todas mis fuerzas
sabiendo que nadie me puede oir, pateo y me retuerzo entre la desesperación y
la impotencia sabiendo que no va a servirme de nada; pronto será mi turno y el
cuchillo ejecutará su labor con implacable profesionalidad; quienes me han
precedido cuelgan desollados de esos ganchos y no tardaré en correr su misma
suerte.
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