Cuando decidí
invertir mi escaso dinero en aquel negocio, encontré una planta baja a un
alquiler muy asequíble, lo que me motivó a cerrar el trato con su propietario
sin hacer preguntas. Era una planta baja espaciosa, aunque necesitaba reformas,
la finca era antígua y mostraba sobre su fachada las cicatrices de los
bombardeos acaecidos durante la guerra, como en la mañana de la apertura no
cesaban de llegar los proveedores, tuve que abrir el cuarto interior para ceder
espacio a las cajas antes de clasificar los artículos, pero cuando abrí la
puerta y encendí la luz, la sorpresa y el pánico se adueñaron de mí: en las
paredes aparecían caras con expresiones horríbles, también había había formas
de fetos y caras deformes de niños, pensando que todo era una mala broma
causada por la humedad, ordené pintar el cuarto, pero a los pocos días, las
mismas formas volvían a aparecer sobreponiendose a la capa de pintura. Cubrí la
pared con placas de escayola pero estas se desprendieron durante la primera
noche y brotaron de nuevo las terribles imágenes.
Pregunté al
anciano dueño del local y ante sus evasivas, me puse a indagar por mi cuenta
sobre ese lugar, al parecer, dicho establecimiento había servido como
prostíbulo durante generaciones hasta que cierta noche, una de las prostitutas
que ejercían su labor en la casa apareció muerta en su cama con el vientre
abierto, los agentes, después de realizar sus diligencias, concluyeron en que
se trataba de un hecho muy extraño, pues nadie oyó los gritos de la mujer mientras
era asesinada, lo cual hacía sospechar que había sido previamente drogada, el
corte parecía hecho con un bisturí dejando entrever la precisión de un cirujano
en su ejecución, nadie pudo identificar al último cliente que entró en la
habitación con ella pese a la descripción pormenorizada que ofrecieron los
testigos, ya que llevaba su rostro oculto por una bufanda y un sombrero de ala
ancha.
Pero hubo algo
más: los análisis forenses determinaron que la prostituta estaba embarazada.
Las pesquisas posteriores dieron resultados de forma casi inmediata, pero de
pronto cesaron las investigaciones y no volvió a hablarse más del caso, hecho
que despertó todo tipo de rumores en lugar de acallarlos, y estos apuntaban a
cierta mujer de clase alta, emparentada con la nobleza, que empleaba fetos
humanos para confeccionar pócimas con las que pretendía mantenerse siempre
joven.
La mera posibilidad de abrir un negocio cara al público en un establecimiento con tales precedentes, me hizo dar marcha atrás y anular el contrato que tenía suscrito con el propietario, desde entonces, el local permaneció abandonado hasta la demolición de la casa que ya amenazaba ruina. A veces, los bajos de las grandes ciudades albergan secretos para los que la mente humana nunca estará lo suficientemente preparada...
La mera posibilidad de abrir un negocio cara al público en un establecimiento con tales precedentes, me hizo dar marcha atrás y anular el contrato que tenía suscrito con el propietario, desde entonces, el local permaneció abandonado hasta la demolición de la casa que ya amenazaba ruina. A veces, los bajos de las grandes ciudades albergan secretos para los que la mente humana nunca estará lo suficientemente preparada...
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