La tormenta



La tormenta no cesa, el viento agita los ventanales de la habitación, la furia de los elementos parece hallarse en su punto álgido, el agua golpea con fuerza los cristales, rayos y truenos estallan en lo alto y su estruendo parece cada vez más cercano.
El muchacho que descansa en la antigua cama recobra la conciencia, abre sus ojos y un estridente grito brota de su garganta viendo la siniestra imagen flotando tras el ventanal, aquel ser que parece haber escapado de su última pesadilla.
El viento sigue golpeando los cristales del ventanal, un nuevo estallido inunda la habitación haciendo los cristales añicos y un manantial de niebla negra penetra en el interior, el muchacho contemplaba la aparición aterrado, cierra los ojos con fuerza, gira su cabeza y rompe a llorar. El ente fantasmagórico cobra forma y avanza a través de la habitación, encogido en su cama, el muchacho sigue temblando. La figura se detiene frente a él y con un gesto súbito arrastra la cabeza del joven hasta el borde de la cama, inclinandose hacia él para succionar su alma. 

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