El Regreso

Ya se que este es el primer lugar adonde acudirían con la intención de volverme a enjaular, pero no he llegado hasta aquí con la intención de quedarme sino de saldar una cuenta pendiente.
Aquí estoy: he vuelto a casa; el parque está desahuciado, frío y solitario: aquí está el estanque, seco y enmohecido. La alfombra de la entrada está llena de polvo. Desde aquí ya huelo su presencia y a medida que me acerco: esta se deja sentir con mayor nitidez.
Ya estoy llegando al cuarto maldito y la puerta se abre lentamente: ella sin duda me ha oído entrar pero no se mueve de su butaca; parece aguardar en silencio su destino como si ya presintiera de antemano lo que iba a sucederle…
Tiempo atrás, Elena me había hecho pagar mis constantes humillaciones; ella me hizo pensar que gozaba sintiéndose maltratada; después de todo: yo solo me limitaba a interpretar sus deseos y a obedecerla. Poco después: me resigné a su amenaza de despedirme para contratar a un amante más joven, pero no esperaba que tuviera el poder y el ingenio suficientes para ingresarme en un centro psiquiátrico. Allí llevo encerrado dos largos años, pero esta noche, he venido para hablar de los viejos tiempos y pienso tomarme la revancha.
Pero…¿Qué es esto?: me parece oír pasos, y estos proceden de la escalera: alguien se acerca; puedo escuchar su respiración desde aquí. ¿Será que vive con otro?. No importa: tanto él como ella, correrán la misma suerte…
Le esperaré aquí, sentado al lado de ella y cuando llegue: le daré su merecido.
Elena me mira con ojos impávidos, sin expresión. Por el momento, prefiero no romper el silencio: lo que tengo que decirle, puede esperar…
Alguien se ha parado frente a la puerta; puedo oir su respiración: transcurren varios segundos hasta que se decide a entrar y cuando le oigo acercarse, puedo sentir el miedo en su caminar indeciso y en el torpe jadeo de su respiración…
Ya está aquí, frente a mí: puedo ver su expresión de sorpresa como la llama de una vela derritiendo una máscara de cera. Yo por mi parte: le he reconocido a la primera: es uno de los guardas del centro donde he estado interno, y concretamente: era este quien se encargaba de amordazarme para recibir mis sesiones periódicas de electroshock…siempre me preguntaba por las causas de su exceso de celo y de ese ensañamiento tan aparentemente injustificado.

Presiento que esta será una noche muy larga…

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