Tuve la perturbadora y molesta sensacion de que me seguían, los perros
ladraban a mi paso lo cual resultaba inaudito ¿Porqué animales con los que me
cruzaba cada día me trataban como a una extraña? Llegando a casa, ví a Martín
ladrándome con ferocidad, lo cual me dejó helada. Mi abuela, al ver la escena,
salió de la cocina y vino a recibirme, dijo que un espíritu maligno me había
estado siguiendo desde que salí de la escuela y que ahora llevaba este
acompañante adosado a mi espalda.
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