Recientemente, y por mediación de identidades cuyo
nombre no voy a dar a conocer: he tenido acceso a revelaciones que han dado un
giro trascendente a mi vida: una entidad superior me ha designado para ejecutar
los designios divinos: no voy a pararme a cuestionar sus razones ya que estas
parecen demasiado coherentes como para constituir una invención mía: estaba
impaciente por ver llegar la señal y ahora que he sido testigo, se que no puedo
fallar a ese orden que rige los destinos o de lo contrario: viviría siempre con
la duda de no haber obrado de forma correcta.
Yo seré el ejecutor: mataré con aquella calma que
acolcha los pasos del depredador; mataré como el tigre; ellos nunca matan por
deporte. Antes de que todo cambiara, el mundo era un espejo desde el que solía
mirarme para ver mi propio miedo reflejado, pero todo aquello ya quedó
atrás por que he descubierto a
través de mi aprendizaje que la dualidad: bien y mal, nada tiene que ver con la
existencia de ese orden superior del que yo soy partícipe.
En todo caso, aquí estoy: buscando la forma de unirme
con mi destino, pero solo existe una forma de inhibirme de las fuerzas que
discurren a mi alrededor, de soportar el dolor que me aguarda…y la respuesta es
el mismo dolor: se que él me aportará la resistencia necesaria por que el dolor
físico solo es un reflejo de ese otro dolor que oprime el alma y es de allí de
donde debo extraer la fuerza para luchar, por que en él, yacen ocultas todas
nuestras partes del yo y solo una de ellas puede salir victoriosa.
He empezado a arañar la fuerza de mi verdadero yo y he
aprendido que el dolor es el placer, que el olor de la carne abierta y el sabor
de la sangre son música para los sentidos, pero mi viaje debe ir mas allá; se
que el camino es largo y tortuoso pero no permitiré la entrada en mi mente de
la locura que se presenta sin avisar; quiero estar lúcido cuando llegue el
momento: lucharé hasta el final; se que mi pulso no puede fallar y que ni mi
alma ni mi mano temblarán; moriré sin saber que he muerto: ciego pero con los
ojos abiertos. A continuación, seré abierto en canal para ser examinado, pero
este detalle carece de importancia por que cuando esto suceda, yo ya habré
cumplido mi misión: la venganza es de los que saben morir pues ellos han aprendido
a convivir con el dolor; así es la ley del más fuerte.
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