Allí



Desperté con un tremendo malestar rondando mi cabeza, dolorido me incorporé para comenzar la rutina de todos los días, me lavé los dientes y me ancaminé a la cocina pero una duda me asaltó en mitad del pasillo: pensé que atravesarlo no iba a ser fácil, pues la oscuridad parecía no tener fin, jamás aquellos escasos treinta metros cuadrados me habían parecido tan grandes; susurros, suspiros y pequeñas risas confundían mis sentidos, no sin dificultad, avancé lentamente paso a paso, hasta que de repente, me precipité al abismo, y sólo el impacto con el suelo consiguió devolverme a la realidad, ya incorporado proseguí mi camino, pero el suelo empezó a ablandarse como si hubiese sido reemplazado por fango y a cada paso que daba parecía como si la tierra me estuviese engullendo, usando las manos como remos, intenté salir a flote hasta que mi voluntad decidió abandonarme, viendome desfallecido, alcé mi cabeza y  tomé un último sorbo de aire antes de ser tragado por la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario