Un día como otro,
mientras estaba en mi trabajo, sonó mi teléfono, llamaban del hospital, decían
que mi hermano acababa de ingresar en estado grave debido a un accidente de
tráfico. Me dirigí allí apresuradamente y subí hasta la última planta, continué
hasta llegar a una habitación donde pude reconocer su rostro inconsciente, en
aquel momento, la cabeza empezó a darme vueltas y no recuerdo nada más. Al
despertar veía la silueta de mi hermano detrás del biombo que solían usar para
separar a los pacientes, parecía tranquilo y despreocupado y al notar que le
estaba mirando, se giró hacia mí y me dijo:
-Esta tarde es nuestro funeral, vendrá toda la família a vernos, ya casi es la hora.
-Esta tarde es nuestro funeral, vendrá toda la família a vernos, ya casi es la hora.
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