El pozo

Sobre el pozo de los deseos, nos fundimos en un intenso abrazo, qué momento tan sublime escuchando el murmullo de la brisa sobre mi cabello, sus manos se enredaban entre las mías llevandome hasta donde latían sus sueños, pensando que la pasión seguiría, me dejé llevar por la inercia pero su propósito era otro y un intenso escalofrío hizo que me diera un vuelco el corazón: el empedrado que rodeaba el pozo estaba formado por un mar de caras petrificadas; eran rostros inexpresivos, fríos y congelados en el tiempo, solté un grito agudo y desgarrado, vi como de repente las caras que formaban el suelo que estaba pisando abrían los ojos y se ponían a gritar. Ahora navego en un mar de sombras rodeado de criaturas extrañas que me acompañan a todas partes, se que ya no hay vida en mí, porque élla me la arrebató, y cuando ya no había nada que arrebatarme, se hizo dueña de mis sueños, me hizo sentir la vida y la muerte como un impulso irrefrenable y después me hizo ver lo que permanece oculto a nuestros ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario