El accidente



Vuelvo en sí tras haber sufrido un terrible choque del que apenas recuerdo nada; trato de mirar a mi alrededor, y al verme cubierto por un enjambre de hierros retorcidos, comienzo a debatirme desesperadamente para liberarme. Angela, mi chica, yace inmóvil en el asiento de al lado, pero solo alcanzo a ver su largo cabello cubriendole el rostro.
Alargo mi mano que se abre paso entre una confusa maraña metálica para palpar el tacto frío de su rostro. La desolación se apodera de mí; lloro de rabia y de impotencia y una fina cortina húmeda recorre lentamente mi rostro. Quiero gritar pidiendo ayuda y un gemido lastimero, casi inaudible brota a través de mis cuerdas vocales. Mi mente comienza a nublarse; un denso manto de negrura se abate sobre mí. Concentro todas mis fuerzas en intentar mantenerme despierto pero toda resistencia es inútil.

Despierto tras haber perdido la noción del tiempo. Sobre mí se inclina mi chica, arropandome con una cálida sonrisa.
-Pero: Angela: murmuro con un débil balbuceo-Si tú debes estar muerta.
Ella me responde con un tenue hilo de voz:
-Y tú tambien, cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario