Un día, como otros, el encargado se quedó tras el cierre para llevar
la contabilidad del restaurante. Ya estaba terminando, cuando empezó a sentir
mucho sueño, le pesaba todo el cuerpo, se levantó, se encerró en el reservado y
se puso a dormir. Sobre las tres de la mañana empezó a sentir frío y pensó que
se habría dejado alguna ventana abierta, quiso levantarse, pero no pudo, estaba
completamente paralizado, no podía ni abrir los ojos. Fué entonces cuando
escuchó una carcajada infantil seguida de voces ininteligíbles Intentó gritar
pero había quedado mudo e inmóvil, solo podía escuchar las voces que sonaban a
su alrededor. Así permaneció hasta la mañana, y en cuanto llegaron los
empleados, cesaron las voces, y lentamente, fué recuperando sus facultades.
Horas mas tarde, cuchillo en mano: degolló a varios clientes e intentó
acuchillar a uno de sus empleados hasta que logró ser reducido; parecía como
poseido, lo que declaró al ser entregado a la policía fué que obedecía las
voces que le hablaban desde el interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario