Ojos



Sonaba mudo el eco de mis pasos en la vieja iglesia, las estatuas de los santos tenían un brillo especial en la mirada, como si estuviesen vivos. Al final del pasillo, en dirección al altar, dos ojos fantasmagóricos rodeados de una neblina grisácea parecían observarme de forma hipnótica y un frio atroz recorrió mi cuerpo. Sin darme tiempo a reaccionar, la presencia recorrió el pasillo como una exhalación, sentí como dos manos invisíbles se hundían en mi pecho desgarrando mi interior  y arrancandome el corazón. El dolor anuló todo pensamiento y percepción, mis ojos salieron de sus cuencas y caí sobre el frío marmol bañandome con el charco viscoso que formó mi propia sangre mientras se deslizaba por el suelo hasta la base del altar. Aún hoy, despues de experimentar la muerte más dolorosa que puede existir, sigo con vida. ¿ Y cómo podéis explicar que sin ojos, sea capaz de ver? la respuesta es sencilla: sólo tenéis que observar a través de la niebla; mis ojos ven en cualquier parte, vacíos como la cavidad donde ya no está mi corazón.

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