La voz



Solía pasar horas estudiando, en ocasiones notaba como si alguien le observara desde atrás, la sensación era tan intensa que no podía evitar volverse, y allí solía estar su padre, observándole en silencio con una sonrisa complacida. Y así sucedió en muchas ocasiones, hasta se acostumbró a presentir aquella mirada insistente, detrás suyo.
Un día escuchó su nombre y se sorprendió al encontrar a nadie, sin prestarle más importancia prosiguió con sus quehaceres. Al rato, volvió a escuchar la voz y esta vez sonó junto a su oído. Quien hubiera pronunciado su nombre debía estar junto a él, pero allí no había nadie, estaba completamente solo en la habitación.
Su padre había muerto días atrás, pero aquella sensación había sido tan intensa que ya no pudo arrancarla de sus pensamientos. Durante los días siguientes continuó experimentando la misma situación, pero cada vez que se giraba, descubría que estaba solo.
Esto duró hasta el día de su licenciatura, su padre había expresado en numerosas ocasiones su deseo de verle triunfar allí donde él había fracasado, y durante toda la ceremonia notó su presencia invisíble, compartiendo la alegría que suponía la culminación de sus logros, al día siguiente: la sensación había desaparecido, y la presencia fué disipandose hasta desaparecer por completo.

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