Llegaba tarde a casa, al asomarme por la ventana logré distinguir a lo
lejos a una multitud congregada enfrente
de una casa... pensé que seria una inauguración o algo similar, pero me
equivoqué: resultó ser un funeral, lo supe al escuchar los llantos recorriendo
la calle en procesión. Sin darle mayor importancia, cené rapido y me acosté, el
cansancio acumulado durante el día se apoderó de mi, y no tardé en caer bajo un
profundo sueño.
Al poco tiempo un ruido persistente me despertó: estaban llamando a la
puerta, decidí ignorarlo, pero al rato, los golpes se reanudaron, y esta vez
eran más insistentes y enérgicos. Mi reacción fué esconder la cabeza bajo la
almohada para aislarme del ruido pero transcurridos unos minutos, seguían
llamando, y esta vez no desde la puerta de la calle sino en mi propia
habitación. El miedo se apoderó de mi, quise esconderme bajo las mantas y
permanecí inmóvil, muerta de miedo, sin hacer
el más mínimo ruido pero unos pasos recorrieron la habitación hasta
detenerse justo ante mis oidos, y escuché una voz susurrando: "levantate
niña, sal de aquí ahora mismo"
Me levanté y salí corriendo de la habitación, afuera una densa nube de
gas inundaba la casa impidiendome respirar, pero pude reaccionar a tiempo de
cerrar la llave de paso y abrir todas las ventanas, si hubiese permanecido en
la cama, nunca hubiese despertado. Al día siguiente, pregunté por la persona
que acababa de fallecer el día anterior; esa mujer había demorado su viaje para
salvarme la vida y siempre estaré en deuda con ella...
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