Más oscuro que la noche



No era una noche como las demás, estaba sólo en casa, así que decidí acostarme mas tarde de lo habitual, cerré todas las puertas y ventanas, y al poco rato me invadió un sueño profundo del que sería expulsado horas más tarde cuando aquella presencia hizo su aparición. Dormía placidamente cuando en mis sueños pude ver una sombra oscura que se acercaba lentamente y cuando ya estaba a punto de tocarme, sentí como un escalofrío recoría todo mi cuerpo. Me desperté bruscamente para descubrir que la misma criatura de mi sueño estaba ahora frente a mí; era una sombra delgada que llegaba hasta el techo, pude distinguir su forma entre le oscuridad de la habitación porque era más oscura que la oscuridad total del habitaculo cerrado donde me hallaba. Esta vez me tocó y sentí que la piel del brazo ardía con su tacto. En medio de aquel silencio, pude oir su voz diciendo: "esta vez te dejaré ir pero recuerda: un día dormirás y no podrás despertar, entonces serás mío para siempre"

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