El túnel



Caminaba sobre las vias del tren acercandome al sombrío y quejumbroso túnel, allí fué donde aquel vagabundo encontró la muerte años atrás, pero envalentonado por los vapores del alcohol y sin pensar en el peligro, me fuí adentrando en la profundidad oscura que parecía llamarme con voz desafiante. Durante el trayecto hacia el interior, no había cesado de escuchar el ruido a lo lejos y de pronto, el suelo comenzó a vibrar. Aceleré el paso buscando  la salida, pero un flujo arrollador me envolvía con temblor creciente y al borde del colapso, escuché su ensordecedor pitido retumbando por las paredes. El pánico se apoderó de mí que corría desfallecido buscando la salida, pero acabé paralizado ante el poderoso foco que iluminó el tunel como un sol cegador, y caí desvanecido por el mareo y el cansancio dejando deslizar mis manos por las húmedas paredes de hormigón hasta que el tren pasó... y cuando desperté, me hallaba tendido a un lado de la vía, un líquido viscoso manaba de las paredes. Me reincorporé, no sin dificultad y con un suspiro de alivio al ver que estaba entero, pero allí en el suelo, justo debajo mío, yacía un bulto extraño parecido a un torso humano desmembrado; fué la oscuridad lo que me impidió reconocerlo al instante, pero cuando pude ver las cosas con claridad, comprendí que aquel tronco, aquella cabeza y aquellos miembros que yacían desperdigados alrededor del túnel eran los restos humanos de mi propia persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario