Carla era una joven
atractiva aunque recatada en sus modales, lo que despertaba el interés de los
chicos y la envídia entre sus compañeras de clase, sus esfuerzos por pasar
desapercibida le hicieron cangearse fama de diva, convirtiendola en objetivo de
burlas entre las mas populares. Con el paso del tiempo, las burlas subieron de
tono y de allí a los actos concretos hubo sólo un paso; las bromas fueron
sucediendose a lo largo del curso, entre las taquillas, en el comedor, en el
gimnasio, en las duchas...Carla aguantó las bromas con estoicismo y astúcia,
dejando a sus agresoras en evidencia y provocando varias expulsiones. En clase
crecía su fama de sofisticada; su círculo de admiradores iba creciendo día tras
día y esto había ido demasiado lejos para sus rivales, quienes capitaneadas por
Naty, planeaban silenciosamente su venganza.
Al final del año escolar,
llegó la oportunidad con la fiesta que organizó Naty en la lujosa residencia de
sus padres, quien invitó también a Carla, esta llegó sola y por formalidad
saludó a la anfitriona dejando clara su intención de marcharse lo antes
posíble, pero como la fiesta había sido organizada siguiendo un objetivo
premeditado, la víctima picó el anzuelo y permaneció allí retenida, colmada de
atenciones y de falsos cumplidos sin sospechar nada.
En cuanto a la fiesta, se
desenvolvió con aparente normalidad, la casa era muy grande y señorial y justo
delante tenía un pequeño lago de aguas profundas, todos se lo pasaban bien
hasta que llegó la hora. Una falsa confidente se acercó a Carla y le dijo que
el capitan del equipo estaba esperándola en su coche que estaba aparcado junto
al lago, Carla se mostró desconfiada, pero como tenía la guardia baja, fué
vencida por la vanidad y caminó hacia el coche donde Naty junto con sus amigas
la estaban esperando. Cuando llegó, estas salieron de sus escondites y la
empujaron hacia dentro, cerraron todas las puertas del vehículo, tomaron una
cadena y engancharon un extremo de esta al bastidor del coche y el otro a un
árbol, hecho lo cual, empujaron el coche hacia el lago.
Ninguna esperaba lo que
ocurrió a continuación, la cadena oxidada se partió y el coche comenzó a
hundirse en el lago, ellas espantadas, comenzaron a tirar de la cadena, unieron
sus fuerzas para evitar lo inexorable pero el coche se hundió en el fango
arrastrandolas con su peso y obligandolas a soltar la cadena, Carla gritaba desesperada y un ataque de
histeria se apodero de las chicas mientras observaban impotentes el rostro
abyecto que asomaba pegado al parabrisas trasero entre gritos que juraban
venganza.
Lo último que se vio fue
el maletero del coche, Carla se había hundido definitivamente, pero sus gritos
se oían todavía. Cuando llegó la policía y remolcaron el coche hasta la orilla
comenzaron los interrogatorios, la siguiente farsa que protagonizaron Naty y
sus amigas resultó tan impecable que fueron puestas en libertad a las pocas
horas, pero la venganza había comenzado.
Durante los siguientes
años, una serie de muertes prematuras sacudió a la localidad, fué como si el
destino persiguiera obsesívamente a las chicas de la pandilla; suícidios
aparentes y accidentes absurdos se sucedieron con pasmosa periodicidad
cumpliendo una fatal promesa. Una noche, Naty se disponía a dormir cuando
escuchó un golpeteo en su ventana, sobresaltada se levantó de la cama y al
acercarse al cristal, esta se abrió con fuerza, algo se cerró en torno a su
cuello, impidiendole gritar y entre la oscuridad apareció un rostro del pasado:
Carla.
-Para tí he reservado
algo muy especial: verás a tu hijo sufrir igual que sufrí yo, pero tu honda
pena será mucho mayor cuando él cumpla dieciséis años y su alma abandone su
cuerpo para unirse a mí en el otro lado.
Pronunciadas estas palabras, soltó a Naty y su rostro se fué disipando en la oscuridad de la noche.
Pronunciadas estas palabras, soltó a Naty y su rostro se fué disipando en la oscuridad de la noche.
Los años han pasado y
Naty espera a su hijo, por fin, el 23 de Marzo notó que había llegado la hora,
estaba rompiendo aguas, pero Naty no estaba feliz, no quería dar a luz pues
sabía que ese día era maldito, porque la cuenta atrás había comenzado para
ella.
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