Tenia frio, los pies casi no le respondían, la sombra que le perseguía
desde que abandonó el cementerio iba acercandose cada vez más y la temperatura
iba descendiendo a medida que su perseguidor se aproximaba. Forcejeó con la
puerta hasta que logró abrirla, pero ya era tarde: la sombra se cerró a su
alrededor arañando su piel con garras invisibles y afiladas, ya no le quedaban
fuerzas, solo podía chillar aún sabiendo que nadie la oía, hasta que cerró los
ojos, y juntando todas sus fuerzas, logró escabuyirse de aquel contacto letal
cerrando la puerta tras de sí.
Pensando que ya estaba a salvo, subió a su habitación y se acostó en
la cama con la intención de dormir. Pero no lograba conciliar el sueño ya que
cualquier sonido la desvelaba. Al cabo de unas, el frio volvió a invadir su
cuerpo y al mirar hacia la puerta, vió que esta se encontraba abierta de par en
par y que la luz del pasillo estaba encendida. Se levantó cautelosamente y al
presionar el interruptor, la bombilla estalló, entonces sintió la necesidad de
bajar al piso de abajo. Cuando llegó al último escalón no pudo reprimir la
tentación de volver atrás, pero un extraño impulso se lo impidió. Tenía la
camiseta empapada de sudor y eso la incomodaba. Abajo no había nadie, pero al
girar para volver a su habitación vió un pequeño haz luminoso que provenía de
la cocina. Al llegar a la pequeña estancia donde aún quedaban los restos de la
cena, vió una linterna encendida sobre la pequeña mesa redonda, cogió la
linterna y al oir un ruido, su corazón se disparó y de un respingo, saltó de
nuevo al comedor. Allí pudo ver a su marido sentado en el diván con la misma
mueca que lucía en su ataúd en el día de
su entierro. El haz de la linterna bailaba a su alrededor creando zonas
de luz y de sombra que acentuaban sus rasgos dandoles un perfil profundamente
siniestro.
-¿Qué haces aquí, tú no estabas muerto? Preguntó.
Tras un frio silencio, se oyó una voz retumbando en las penumbra:
Tras un frio silencio, se oyó una voz retumbando en las penumbra:
-¿Recuerdas la promesa que nos hicimos...? pues por eso he vuelto.
El espectro se había convertido en una sombra y lo último que pudo sentir fue como esa energía atravesaba su piel consumiendola de dolor.
Los vecinos estaban muy preocupados porque llevaban días sin verla. Cuando llamaron a la policía, estos acudieron en seguida. Uno de los policías al empujar la puerta vió que estaba abierta, al entrar, hallaron el cuerpo sin vida de la mujer. Nadie pudo determinar las causas que provocaron su fallecimiento como nadie supo recabar en la inscripción que figuraba en su anillo de compromiso, la cual decía:
El espectro se había convertido en una sombra y lo último que pudo sentir fue como esa energía atravesaba su piel consumiendola de dolor.
Los vecinos estaban muy preocupados porque llevaban días sin verla. Cuando llamaron a la policía, estos acudieron en seguida. Uno de los policías al empujar la puerta vió que estaba abierta, al entrar, hallaron el cuerpo sin vida de la mujer. Nadie pudo determinar las causas que provocaron su fallecimiento como nadie supo recabar en la inscripción que figuraba en su anillo de compromiso, la cual decía:
"juntos hasta la muerte"
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