¿Era ella o algo más? creo que nunca lo
sabré, hay entornos familiares donde lo
que vemos nos persigue hasta lo más hondo del sueño y anecdotas cotidianas que
al ser revisadas dejan tras de sí un rastro de misterio inexplicable. Yo solo
soy testigo de lo que me sucedió, y puedo asegurar que no lo he soñado: era una
niña de mi edad y aspecto muy humilde a quien sorprendí jugando en mi jardín,
como yo no tenía hermanos y mis padres procuraban alejarme de los otros niños
para resguardarme de las malas influencias, la cogí de la mano y la quise
llevar hacia mi cuarto a escondidas para
enseñarle mi colección de muñecas, al cogerla, noté quetenía la mano helada, la
niña me miraba fíjamente y sin pestañear, tenía los ojos grandes, negros y sin
pupilas y no hablaba, lo que me hizo sentir incómoda disipando la ilusión
inicial de mi hallazgo, y cuando llegué a la puerta de mi casa ya no estaba,
todo y que seguía notando su tacto gélido en mi mano. Pese a lo extraño del
suceso, no tardé en olvidarme de ella pues aquel día llegaban mis tíos de
visita y pasaría la tarde jugando con mis primas. Pero, al anochecer, volví a
ver a la niña acercandose con su mirada petrea y agarrandome de la mano, di un
gran salto y caí sobre una estantería volcando una figura de porcelana lo que
irritó mucho a mi madre, quien me castigó enviandome a mi cuarto. Allí estuve
horas y horas hablando con mi nueva amiga, pasamos la navidad juntas, y jamás
tuve la oportunidad de vivir algo tan increíble en mi vida. Es cautivador,
increible y emocionante cómo discurre la vida de los fantasmas: confesó que le
gustaba conversar con los vivos aunque ya no estuviera en este mundo;
dondequiera que esté, no la olvidaré nunca.
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