El ascensor



Allí me encontraba nuevamente sin poder conciliar el sueño, otra noche en vela, asaltado por oscuros recuerdos que asaltaban mi conciencia; siempre sucedía lo mismo; no podía librarme de mi pasado, por más que cambiara de casa, de ciudad y hasta de nombre. Fue entonces cuando me pareció oír algo que hacia crujir las paredes, me sobresalté ya que mi cuerpo estaba allí pero mi mente vagaba perdida Pese a ello, intenté mantener la calma y pensé que la estructura del edificio y la humedad pudieron haber producido aquel sonido.

Entonces, algo pasó fugazmente sobre mí, lo que me hizo brincar de la cama, mi corazón se detuvo por unos segundos y luego empezó a latir con violencia, un silencio escalofriante invadió el lugar, un peso muy grande oprimió mi pecho, y de repente, como por arte de magia, mi cuerpo volvió a la normalidad, me levanté como pude y me dispuse a abandonar la casa, no podía permanecer allí por más tiempo, así que como pude, me vestí y cogí lo esencial, abrí la puerta y descendí por el viejo ascensor hacia la planta baja, pronto me percaté que la cabina donde estaba encerrado no paraba de descender; debía haber llegado a mi destino hacía ya tiempo y allí seguía.  Pulsé los botones con insistencia pero este seguía descendiendo sin detenerse. Esto sucedió hace mucho tiempo. Ignoro donde me encuentro y cual es la medida del tiempo en este otro lugar, pero si existe el presente, yo sigo aquí confinado, si saber cual es el destino final de mi descenso.

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