Madera

Solo le faltaban los últimos retoques a la marioneta que confeccionó con la madera recogida en el bosque, cuando terminó de dibujarle y pintarle los rasgos, la contempló satisfecho; pero al observarlo con atención, no se sentía satisfecho con lo que transmitían los ojos y la sonrisa de la marioneta, no era lo que él buscaba. Se restregó los ojos y bostezó, ya le colocaría las cuerdas al día siguiente. Se acostó y se sumergió en un sueño de marionetas y de muñecos parlantes.
De pronto, algo le despertó: había ruidos en su taller, se levantó y al encender la luz quedó petrificado de horror: la marioneta no estaba donde él la había dejado, ahora colgaba de una cuerda que rodeaba su cuello y sus miembros se agitaban entre estertores.
Cortó la cuerda y metió a la marioneta en una caja. Al día siguiente, volvió al bosque y enterró la caja en el mismo lugar donde recogió la madera. Años atrás, cuando recorría el bosque en busca de madera, vió a un hombre que acababa de colgarse; y fué en el mismo árbol bajo el que ahora cavaba, aquel cuyas ramas cortó para dar forma a aquella marioneta.

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