El rostro del cuadro

Viajando por el Norte, quedé aislado en medio de un temporal de nieve que había provocado el corte de las carreteras, el hostal donde me alojaba tenía un misterioso cuadro colgado en el pasillo de invitados; lucía un marco, ricamente adornado, en él aparecía una misteriosa mujer; la misma que veía cada noche subiendo por la escalera que llevaba hasta mi habitación. Con el paso de los días, iba encontrandome cada vez más debil, perdí peso y me notaba enfermo, hecho que atribuí al aislamiento y al clima. Cuando amainó el temporal, decidí hacer las maletas y abandonar mi habitación, aquella misma mañana, pude ver al dueño, subido a una escalera; limpiaba una mancha en el rostro que aparecía en el retrato, que se había formado en la comisura de los labios. 

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