Renacer



Cada vez más impaciente debido a las horas de intenso trabajo, recurrió al contenido de antíguos textos escritos en lenguas vernáculas y un día llegó hasta una espiral de extraños símbolos contenidos en un manuscrito tan antíguo como el mundo. Nadie supo comprender su significado excepto él. Una vez reunidos los ingredientes, los mezcló en su justa proporción y embadurnó con ellos el cadaver reciente y conservado en hielo de la que fué su esposa, fallecida en trágico accidente...Con el cuerpo en la mesa de operaciones, recitó a modo de letanía las palabras traducidas del antíguo manuscrito; el último acto de la ceremonia. Casi perdió el equilibrio cuando la masa del unguento se calentó hasta convertirse en una resina negra que empezaba a evaporarse colapsando sus pulmones. El doctor desvanecido retrocedió hasta la pared y se deslizó involuntariamente hasta el suelo sin apartar la vista del fenómeno que estaba teniendo lugar ante sus ojos.
Así es como su esposa convertida en el ser más bello y sensual de la creación, volvió a ponerse en pié con movimientos suaves y gráciles. El doctor estaba sentado en el suelo lleno de júbilo mientras su mujer se acercaba a él  hollando el suelo a su paso y dejando un rastro de líquida resina negra. En sus oidos resonó una voz suave y melodiosa tan bella como la aurora. Dijo:
-Gracias por haberme traido a la vida. Ahora podré reaudar mi misión en la tierra. Pero primero necesitaré tu vida como primer sacrifício...

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