El vampiro



Todos sabíamos que había un no muerto alimentandose de nuestra sangre. Todo empezó cuando encontraban pequeños animales a quienes habían sorbido la sangre, después le llegó el turno al ganado, y más tarde encontraron niños muertos y sin una gota de sangre. El pánico reinaba en las calles al caer la noche; la gente no salía al oscurecer y se encerraban en sus casas rezando por sus almas.
Hubo gente que estaba harta de esta situación y se armaron de valor para acabar con la amenaza que pesaba sobre ellos, así que, después de seguir la pista del merodeador nocturno lo emboscaron en su guarida y esa misma noche, le clavaron una estaca de madera en el corazón, lo que le produjo una intensa agonía. Después le cortaron la cabeza y lo llevaron hasta el Panteón donde tras oficiar una misa, lo sepultaron bajo una pesada lápida con la esperanza de que no despertara. Pero transcurridos unos meses, la lápida apareció partida desvelando en su interior un nido poblado por ratas.
Mas tarde, la comunidad vivió la peor de las epidemias que recuerda transmitida por la pulga de la rata, entonces comprendimos que la maldad no puede ser aniquilada por las manos del hombre si antes no es erradicada de su alma, pues esta  transmuta y cambia de forma, siendo sus efectos mas perversos y devastadores cada vez que regresa.

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