Frío, dolor,
incertidumbre, el silencio a mi alrededor y la aterradora mirada en los ojos de
mi víctima observándome fijamente desde su cautiverio. Yo la miro consciente de
mi poder y ella me clava la mirada, como si creyera que voy a tener un gesto de
clemencia, pero eso no va a suceder, aunque me encanta disponer de esa
prebenda. Veo el dolor en su mirada, el miedo que se traduce en movimientos
rápidos y convulsivos, por lo general me gusta escuchar los sonidos que produce
al chocar contra las paredes de cristal buscando una salida. Mantener la
temperatura y la humedad idoneas ayuda a que mi trofeo se mantenga en buen
estado. Disfruto estudiando su comportamiento, viendo como se aferra
desesperadamente a la vida, regodeandome con su agonía y observando sus
reacciones sabiendo que su vida está en mis manos. Puedo prolongar su vida o
cortarla de raiz con un simple gesto. Puede que yo no sea nadie fuera de aquí
pero para esta criatura desdichada, yo lo soy todo..primero agito el frasco y
ella se estremece, siento como tiembla y eso me emociona, luego presiono
levemente su abdomen y siento como su respiración aumenta y el corazón se le
acelera, me siento poderoso mientras extraigo cuidadosamente el cuerpo de mi
víctima y la troceo cortando sus extremidades una a una. Este será el número veinte
de mi colección, últimamente esta siendo difícil encontrar ejemplares como
este. Cuando encuentre hueco en el colegio, tengo que volver al bosque y buscar
más insectos.
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